VIII

Evento es todo aquello que no se puede organizar; encuentro es todo aquello que no se puede prever, tesoro en el fondo de una mar oscuro y tenebroso, con puntos aislados de luz fosforescente, hundido en la arena. La organización de los eventos es una forma de anular el mundo como hallazgo imprevisible, raro y precioso; dar a los acontecimientos el carácter de "empresa", bajo planes de desarrollo, proyectos basados en estadísticas y análisis de tendencias, liquida la capacidad de sorpresa y el margen de maniobra, el coeficiente de imprevisibilidad esencial de las cosas. Uno de los juegos más sencillos, y quizá el más antiguo, el juego del escondite, demuestra un mayor conocimiento de la esencia del encuentro, una sabiduría superior; los participantes, concentrados como si nada más existiera fuera de ellos, saben desde el principio que sólo encontrarán, durante unos breves instantes, lo que está escondido, justo el tiempo impensable, emoción breve, y no puede estar sino oculto, perdido para siempre. El entusiasmo está ligado al hecho improbable, pero real, del descubrimiento de lo inencontrable, momento feliz, regocijo general. Encontrar es perder.